29 de abril de 2011

Panel de experiencias (PICP)

Con vistas a nuestro futuro, han asistido a nuestra clase varias personas relacionadas con la rama de biología. 

Primero, vinieron dos estudiantes de medicina. Fue una visita amena y no fue de estas típicas charlas de: tenéis esta asignatura, esta otra..., sino que enfocaba la carrera desde un punto más humano, diciéndonos si nos costará o no pasarla, algunos consejos, e incluso nos mostraron utensilios (como el fonendoscopio) que son muy  útiles en la carrera. También conectaron el ordenador pera enseñarnos algunas fotos que se echaron ellos en el hospital. Un consejo que me pareció muy curioso fue: "Cuanto más llenos estén los bolsillos de una bata de un médico, más experiencia tendrá".


Facultad de Medicina de Córdoba
La segunda visita la hicimos nosotros a la Universidad de Medicina de Córdoba. Un profesor nos enseñó varias aulas: una llenas de microscopios, otras con cadáveres... También tuvo la "amabilidad" de contarnos que en un examen de una asignatura de medicina (creo que era fisiología) se presentaron 120 y aprobaron 30, o por ahí. No recuerdo las cifras exactas.

La verdad es que me gustó bastante esa universidad porque no era excesivamente grande, podías dirigirte a las aulas sin complicación, tenía una amplia biblioteca, y un pequeño jardín.

Por último, nos visitó una enfermera (una carrera que a mí no me apasiona demasiado). Se notaba que estaba muy nerviosa, llevaba unas hojas con apuntes sobre lo que hablarnos. Una cosa que me quedó clara desde el principio de esta visita, fue que ella quería meterse en medicina desde un principio, pero que no le llegó la nota de selectividad a un 11'4, y tuvo que elegir enfermería. Aunque luego aclaró que la carrera es "muy bonita" y "que fue una gran elección". Sinceramente, si a mí no me llega la nota para medicina (que no creo que llegue), mis opciones serían veterinaria o biotecnología, mucho antes que enfermería. Sin embargo, lo que importa es que en un futuro tengamos empleo, y a esta chica que vino a hablarnos, nunca le ha faltado el trabajo. Es más, lo puedo contar como experiencia propia, ya que mi hermana es enfermera y ya ha trabajado en tres comunidades autónomas diferentes.

En definitiva, las dos primeras visitas me encantaron, ya que está todo relacionado con el mundo de la medicina. Eso sí, creo que deberíamos haber tenido, al menos, una charla más sobre biología, o veterinaria, por ejemplo.

Para los que quieran introducirse en el mundo de la medicina, este es un buen consejo que podríais dar a algún paciente:




19 de abril de 2011

Cáritas: la verdadera dimensión de la realidad



Fue el 12 de abril cuando descubrí la verdad. Que todo es real. No son meras invenciones de burgueses capitalistas ni aristócratas chapuceros. Todo es real. Tiene una base, por así decirlo.

Primero empezaron como se suele empezar este tipo de reuniones. Powerpoint a tope y unos objetivos que por más que los miremos siempre nos suenan a lo mismo. Parecía la típica reunión de personas dispuestas a ayudar a la gente que más necesita, pero que luego no veo a ningún compañero mío soltando un céntimo (yo también me incluyo, claro). Además, estábamos dispuestos en forma de "U", con Rosario, que creo que así se llamaba la ayudante social, en el centro, a vista de todos (por un momento parecíamos nosotros los excluidos sociales).

Mis dudas se disiparon en cuanto a la "rara" disposición de los asientos cuando Rosario llamó a una compañera mía a decir lo que se había aprendido (o no, eso daba igual). "Veamos a ver de qué va todo esto", llegué a pensar tras haber pasado por lo típico de las reuniones de excluidos sociales, pero qué ingenuo que fui al pensar que todo seguiría igual.

Esta compañera mía empezó a contar lo que parecía una historia surrealista, cargada de negras conspiraciones y momentos imposibles, llenos de horror y miedo, violaciones, drogas y, para más inri, lesiones corporales heredadas. Esperaba una buena explicación de eso o que por lo menos le concedieran el premio novel de literatura a quien hubiera escrito eso. Pero lo que nunca podía llegar a imaginar era que esa historia era real. Y para mayor confirmación Rosario dijo algo que todavía resonará en mi cabeza: "Esto no es ninguna historia inventada. Es real y nos la contó una mujer que tenemos en Cáritas a nuestro cuidado". Como se podía comprobar, tenía "todas las papeletas" para caer en exclusión social, tal como nos contó Rosario. La verdad es que fue una historia que ponía los pelos de punta.

Llegó otra historia bien distinta pero con el mismo fin, la exclusión social. Ésta era un poco menos negra, pero con mayores irresponsabilidades y mayor consumo de "porquerías". Al igual que la siguiente historia.

Esto me dejó bastante impresionado y dubitativo. Si éstas historias fuesen de un país menos desarrollado, qué digo yo Rumanía o Bielorrusia, pasa. Pero lo más grave es que es en nuestro país, y le puede pasar a cualquiera.

En conclusión, no fue una visita cualquiera. Nos abrió los ojos a todos, mostrándonos todo lo que hay detrás de cualquier excluido: una historia de dolor y vicios que no podrá olvidar, pero sí evitar.
ATENCIÓN: Cualquier forma de ayudar a un excluido social es buena... excepto ésta (qué vergüenza...):